El peligro de la Salmonella en las comidas preparadas
La Salmonella es uno de los peligros más activos de las comidas elaboradas en establecimientos de hostelería y catering, de hecho están considerados como uno de los riesgos sanitarios más problemáticos, ya que no hay que romper las cadenas de seguridad a las que se exponen ciertos alimentos como el pollo crudo, las mayonesas elaboradas o las recetas creadas a base de huevo. Para evitar todo tipo de toxicidad, se han de mantener las correctas medidas de higiene y manipulación, siendo necesario cuidar de las superficies en donde se coloquen estos alimentos, teniendo cuidado de no mezclar los alimentos crudos con los cocinados, una de las reglas de oro para cuidar de la salud alimentaria.
Las comidas preparadas se definen como aquellas elaboraciones que han sido resultado del cocinado de unos productos crudos de origen animal o vegetal, con la adicción de salsas o combinaciones que ayudarán a mantener una agradable textura y un sabor excelente. Se pueden servir envasadas así como para el consumo directo en los mismos establecimientos. La salmonella se produce por una intoxicación bacteriana, que se ha extendido debido a la incorrecta manipulación de los huevos frescos y sus preparaciones, de las carnes magras de pollo y pavo así como de sus recetas (por ejemplo pollos asados), que todavía no se han cocinado internamente por completo, así como las carnes de cerdo. Hay diversos factores que ayudan a que la bacteria se manifieste y se vuelva peligrosa para el ser humano, como las temperaturas inadecuadas en su conservación, las averías en los frigoríficos o cámaras de los restaurantes, el consumo de carnes a medio hacer, o las recetas conservadas con alimentos crudos. Curiosamente, el peligro se extiende a los postres como los helados y las natillas, así como a las leches y quesos sin pasteurizar o los vegetales que han sido regados con aguas que han sido contaminadas.
Es muy importante que los restaurantes y establecimientos de hostelería mantengan un código de seguridad estable, para que los usuarios se liberen del peligro de tomar un alimento contaminado. Lavarse las manos será un acto prioritario a la hora de cocinar, así como limpiar y desinfectar las superficies donde hayan estado los alimentos más peligrosos. El método de cocinado no ha de perderse de vista, teniendo que someterse en el interior al menos a una temperatura de 70º, ya que esta es la medida exacta para que se destruya la Salmonella y los gérmenes asociados a las enfermedades creadas por intoxicaciones de alimentos. Es importante también que en las vitrinas de las cafeterías y los restaurantes, durante todo el año (pero especialmente en verano) se refrigeren las preparaciones tales como la ensaladilla, los picadillos de carnes con mayonesa, las natillas y las ensaladas de cangrejo con salsas para que no haya ningún problema.
Las empresas de hostelería serán responsables de suministrar a sus empleados, toda la formación necesaria para que no cometan errores a la hora de crear ninguna receta, siguiendo las normas que se registran en los documentos teóricos de la formación para manipuladores de alimentos y en los registros sanitarios europeos.